SON LOS NUESTROS
Est谩n hartos. Saturados de discursos y pr谩cticas tramposas.
Escandalizados de que tanto ladr贸n ilustre acapare los flashes y las cabeceras de los informativos en lugar de las cr贸nicas de los juzgados de guardia. Dolidos por causa de la sordidez de las pol铆ticas al uso, aparentemente dictadas por esos inventos exculpatorios denominados mercados. At贸nitos ante la degradaci贸n y caricaturizaci贸n de conceptos como Justicia, Libertad o Democracia. Zaheridos por el permanente agravio que suponen el despilfarro de una minor铆a frente a los esfuerzos infructuosos para supervivir, de una mayor铆a.
L煤cidamente rebeldes ante una pasividad generalizada y adem谩s cultivada por la cultura oficial instalada en medios de comunicaci贸n, el adocenado lenguaje pol铆tico al uso y los penosos discursos de tantos tenores huecos.
Se han lanzado a la calle y la siguen llenado sin complejos, poniendo en evidencia a quienes deb铆an y deb铆amos haberlas llenado antes. Creo que todav铆a no son plenamente conscientes del valor y del ejemplo de su acci贸n; no s茅 si han ca铆do en la cuenta de lo que apuntan, de lo que han empezado a entreabrir y orear. Tienen la ingenuidad y la imprudencia de todos aquellos que se han atrevido a decir que el rey est谩 desnudo y que la farsa es eso, una farsa.
Y lo hacen- a tenor de las declaraciones de sus portavoces- con una fin铆sima mezcla de sentido com煤n, valent铆a moral y madurez ciudadana que los hace casi 煤nicos en este p谩ramo berroque帽o en el que la 脡tica y los valores ni cotizan en bolsa ni tampoco en las urnas. Espa帽a siempre se parece a s铆 misma. Por las trazas se deduce que ellos se suman con fuerza joven a una minor铆a que siempre ha intentado acabar con esa miseria de nuestra historia. Tienen vocaci贸n de mayor铆a c铆vica capaz de desalojar de su aconchado caparaz贸n a esa otra mayor铆a que traga connivente y c贸mplice.
Los he acompa帽ado por la calles de C贸rdoba el d铆a 15 y me he sentido de ellos. A mis a帽os y con la hoja de servicios amarilla de tiempo he sentido el impulso de intensificar ante m铆 y ante los m铆os, mi nunca abandonada lucha. Son los nuestros; y esta expresi贸n quiere poner especial 茅nfasis en la acepci贸n de pertenencia que el posesivo conlleva; son los nuestros porque les pertenecemos. Son los nuestros porque rezuman aquella voluntad de cambio que otrora dio sentido a nuestra apuesta pol铆tica. Lo han dejado claro, son apartidistas pero no apol铆ticos. Gracias compa帽eros y compa帽eras por esa decencia y sabidur铆a que por desgracia s贸lo est谩n al alcance de vosotros y unos pocos m谩s.
Creo, como comunista organizado, que nuestra militancia comunista exige de nosotros y a t铆tulo personal, enrolarnos, comprometernos y engrosar sus filas sin m谩s soldada ni recompensa que la gratificante sensaci贸n de que volvemos de nuevo a galopar hacia Utop铆a; o lo que es lo mismo hacia la honestidad, la justicia, la igualdad y el lenguaje limpio y veraz al servicio de la comunicaci贸n de ideas.
Cuando acabe el coro de grillos en el que el bipartidismo y adheridos han transformado la campa帽a electoral y asistamos al rigod贸n de pactos, repactos y contrapactos, no olvidemos que ya hay quien nos mira limpia y organizadamente; ya hay quien nos va a demandar algo m谩s que lo pol铆ticamente correcto para hoy y hambre para ma帽ana. Los mejores editoriales, las m谩s incisivas cr贸nicas, los m谩s claros an谩lisis y los juicios m谩s justos no se hacen ahora en los medios (casi siempre mediatizados) sino en las calles y plazas de Espa帽a.Demostremos que Democracia es mucho m谩s que el rito cuatrienalmente repetido.
Sin comentarios.
A帽ade tu comentario